Los anoréxicos se ven mal ellos, no al resto
Lo llaman la prueba de la puerta, y es una sencilla manera de evaluar la distorsión de la propia imagen que tienen las personas con anorexia. Consiste en enfrentarlas a una puerta entreabierta, y preguntarles si pasarían. Los afectados, invariablemente, se ven más gordos de lo que están, y suelen decir que no aunque haya espacio de sobra. Pero esta falsa percepción, clave del trastorno, solo se aplica a ellos mismos. Según un estudio que ha publicado PLOS, cuando se preguntaba si una tercera persona pasaría por la puerta, quienes sufrían anorexia acertaban mucho más.
El trabajo se ha hecho con 25 personas con anorexia nerviosa y 25 sin ella. Entre estos últimos, la tasa de aciertos (lo que los investigadores llaman pasabilidad) es similar, lo que indican que juzgan igual a los demás y a sí mismos.